La gente que
juega Ajedrez cambia,
ya que su
poder de concentración,
razonamiento y percepción se fortalecen.
Debido a que
los planes y
sus propósitos van
de la mano,
las personas que practican
Ajedrez llegan a
ser más responsables
y disciplinadas.
El Ajedrez es
un juego fundamentalmente psicológico,
cada movimiento es el resultado de una reflexión basada en el análisis de los distintos elementos
presentes en el tablero.
Por medio del Ajedrez desarrollamos el carácter, aprendemos
a ser más objetivos, podemos
comprender nuestros errores, es exactamente como la vida.
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